Consideraciones generales al proyecto de formación y exámenes:
La formación de un grupo de árbitros que elaboren una serie de materiales con vistas a la realización y presentación de los reciclajes parece una idea excelente.
Sin embargo, conviene que desde el primer momento se diferencie entre el modelo de reciclaje de los árbitros del C.N.A. por una parte y el modelo de formación de nuevos árbitros por otra, pues los objetivos de estos modelos son completamente diferentes:
- Por una parte, los reciclajes deben plantearse como ‘foros’ o reuniones cuyos objetivos sean proporcionar una formación continua a los árbitros en activo, foros donde plantear y resolver dudas, intercambiar experiencias y, sobre todo, unificar criterios. Por tanto, los materiales, así como el desarrollo de las sesiones deben elaborarse con estos objetivos en mente.
Uno de los muchos recursos que se pueden utilizar en estos reciclajes es la realización de una prueba, un pequeño examen, que sirva al árbitro como recordatorio de la normativa, así como para comprobar que ha asimilado los conceptos impartidos durante el reciclaje. Los resultados de esta prueba se pueden utilizar, como se ha hecho en algunas ocasiones, para descartar para esa temporada a los árbitros que no la superen, y de esa forma obligarnos todos a estar al día y no olvidar.
Este test no se suele realizar durante el reciclaje por escasez de tiempo y porque no todos los árbitros pueden asistir a los reciclajes. El árbitro lo completa en su casa y consulta el reglamento si tiene alguna duda a la hora de responder, cumpliendo así los objetivos de la prueba (servir como recordatorio, estar al día, no olvidar el reglamento). Además, esta prueba debe ser concebida teniendo estos propósitos en mente, utilizando por ejemplo un estilo de cuestiones que den lugar a la reflexión y a la comprensión de las normas.
Por último, será necesario planificar cuidadosamente un calendario de reciclajes, pues sería deseable que éstos tuvieran lugar con cierta frecuencia (¿cada dos años como máximo?). Sin embargo, si un mismo grupo debe ser el encargado de la realización de los reciclajes por territoriales o por zonas, el reciclaje de todo el colectivo puede requerir mucho tiempo, con lo que no sería posible impartir los reciclajes con la frecuencia deseada.
- En cuanto a la formación a impartir a los futuros árbitros, ésta debe planificarse de acuerdo con otros objetivos, distintos de los de las pruebas de reciclaje para los árbitros en activo.
A la hora de evaluar a un aspirante a árbitro nacional, y ante la ausencia de un examen práctico (cuestión que debería replantearse), las pruebas o exámenes que se planteen deben reflejar lo más exactamente posible las distintas situaciones que debe afrontar un árbitro durante una competición real.
Así, mediante estas pruebas se debería poder determinar no sólo si el futuro árbitro conoce perfectamente el reglamento, sino si es capaz de tomar decisiones acertadas con rapidez (como sucede en una competición real), o si tiene la suficiente personalidad para imponer su propio criterio con independencia de otros factores externos.
Aunque es una excelente idea que los aspirantes a árbitros nacionales deban asistir obligatoriamente al menos a uno de los reciclajes para árbitros nacionales, el test de reciclaje que realice en esta prueba no servirá como elemento de evaluación fiable. No sólo porque lo habría realizado en casa consultando libremente el reglamento, sino porque el fin de esta prueba (reflexionar, comprender, recordar), no encaja con lo que se desea evaluar en un aspirante a árbitro nacional.
El test de reciclaje podría utilizarse, sin embargo, como método de preselección de candidatos. El aspirante a árbitro nacional debería asistir al menos a uno de los reciclajes y superar el test que allí se realice, pero sin que ello tenga ningún peso a la hora de hacer el verdadero examen del candidato. Así, el test de reciclaje serviría únicamente para descartar a aquellos aspirantes sin el interés suficiente o con un nivel de conocimiento del reglamento insuficiente.
En cuanto a la jornada técnica el día previo al examen de acceso, hay que cuidar que ésta no se convierta en una jornada de ‘acoso’ al examinador por parte de los aspirantes para intentar obtener pistas acerca del tipo o el contenido del examen. Si únicamente va a servir para resolver dudas, se podría suprimir si se facilita a los aspirantes una dirección de correo electrónico donde puedan enviar sus dudas o consultas durante los días previos al examen.
- Finalmente, algo que no se comenta en el documento es qué ocurre una vez superadas las pruebas de acceso a árbitro nacional. Sucede que en las primeras competiciones a las que acude el nuevo árbitro nacional no suele estar acompañado por árbitros de reconocida experiencia. Mientras no exista una prueba práctica, se deberían considerar las primeras competiciones del nuevo árbitro nacional como parte de su proceso de formación. Por tanto, en ellas deberían estar acompañados por árbitros no sólo con una experiencia contrastada, sino además con cierta capacidad didáctica, de modo que hagan que estas primeras experiencias de los nuevos árbitros nacionales sean realmente provechosas para ellos.
Habrá que estudiar por tanto el papel del grupo encargado de impartir los reciclajes en esta nueva faceta de la formación del nuevo árbitro. Esta misma idea se podría aplicar en otros ámbitos del arbitraje. Por ejemplo, la primera vez que un árbitro actúa en un cierto puesto o en una categoría superior, sería deseable que se encontrara respaldado por otros árbitros con mayor experiencia que puedan guiar o indicar los aspectos más importantes a tener en cuenta.
- En cuanto al material de que se dispone para la preparación de las sesiones de reciclaje, se echa en falta más material audiovisual. Hemos comprobado en el último reciclaje en Madrid la importancia de la proyección de vídeos como parte del material de formación, que además de ser muy didácticos, hacen más amenas las presentaciones.
La formación de un grupo de árbitros que elaboren una serie de materiales con vistas a la realización y presentación de los reciclajes parece una idea excelente.
Sin embargo, conviene que desde el primer momento se diferencie entre el modelo de reciclaje de los árbitros del C.N.A. por una parte y el modelo de formación de nuevos árbitros por otra, pues los objetivos de estos modelos son completamente diferentes:
- Por una parte, los reciclajes deben plantearse como ‘foros’ o reuniones cuyos objetivos sean proporcionar una formación continua a los árbitros en activo, foros donde plantear y resolver dudas, intercambiar experiencias y, sobre todo, unificar criterios. Por tanto, los materiales, así como el desarrollo de las sesiones deben elaborarse con estos objetivos en mente.
Uno de los muchos recursos que se pueden utilizar en estos reciclajes es la realización de una prueba, un pequeño examen, que sirva al árbitro como recordatorio de la normativa, así como para comprobar que ha asimilado los conceptos impartidos durante el reciclaje. Los resultados de esta prueba se pueden utilizar, como se ha hecho en algunas ocasiones, para descartar para esa temporada a los árbitros que no la superen, y de esa forma obligarnos todos a estar al día y no olvidar.
Este test no se suele realizar durante el reciclaje por escasez de tiempo y porque no todos los árbitros pueden asistir a los reciclajes. El árbitro lo completa en su casa y consulta el reglamento si tiene alguna duda a la hora de responder, cumpliendo así los objetivos de la prueba (servir como recordatorio, estar al día, no olvidar el reglamento). Además, esta prueba debe ser concebida teniendo estos propósitos en mente, utilizando por ejemplo un estilo de cuestiones que den lugar a la reflexión y a la comprensión de las normas.
Por último, será necesario planificar cuidadosamente un calendario de reciclajes, pues sería deseable que éstos tuvieran lugar con cierta frecuencia (¿cada dos años como máximo?). Sin embargo, si un mismo grupo debe ser el encargado de la realización de los reciclajes por territoriales o por zonas, el reciclaje de todo el colectivo puede requerir mucho tiempo, con lo que no sería posible impartir los reciclajes con la frecuencia deseada.
- En cuanto a la formación a impartir a los futuros árbitros, ésta debe planificarse de acuerdo con otros objetivos, distintos de los de las pruebas de reciclaje para los árbitros en activo.
A la hora de evaluar a un aspirante a árbitro nacional, y ante la ausencia de un examen práctico (cuestión que debería replantearse), las pruebas o exámenes que se planteen deben reflejar lo más exactamente posible las distintas situaciones que debe afrontar un árbitro durante una competición real.
Así, mediante estas pruebas se debería poder determinar no sólo si el futuro árbitro conoce perfectamente el reglamento, sino si es capaz de tomar decisiones acertadas con rapidez (como sucede en una competición real), o si tiene la suficiente personalidad para imponer su propio criterio con independencia de otros factores externos.
Aunque es una excelente idea que los aspirantes a árbitros nacionales deban asistir obligatoriamente al menos a uno de los reciclajes para árbitros nacionales, el test de reciclaje que realice en esta prueba no servirá como elemento de evaluación fiable. No sólo porque lo habría realizado en casa consultando libremente el reglamento, sino porque el fin de esta prueba (reflexionar, comprender, recordar), no encaja con lo que se desea evaluar en un aspirante a árbitro nacional.
El test de reciclaje podría utilizarse, sin embargo, como método de preselección de candidatos. El aspirante a árbitro nacional debería asistir al menos a uno de los reciclajes y superar el test que allí se realice, pero sin que ello tenga ningún peso a la hora de hacer el verdadero examen del candidato. Así, el test de reciclaje serviría únicamente para descartar a aquellos aspirantes sin el interés suficiente o con un nivel de conocimiento del reglamento insuficiente.
En cuanto a la jornada técnica el día previo al examen de acceso, hay que cuidar que ésta no se convierta en una jornada de ‘acoso’ al examinador por parte de los aspirantes para intentar obtener pistas acerca del tipo o el contenido del examen. Si únicamente va a servir para resolver dudas, se podría suprimir si se facilita a los aspirantes una dirección de correo electrónico donde puedan enviar sus dudas o consultas durante los días previos al examen.
- Finalmente, algo que no se comenta en el documento es qué ocurre una vez superadas las pruebas de acceso a árbitro nacional. Sucede que en las primeras competiciones a las que acude el nuevo árbitro nacional no suele estar acompañado por árbitros de reconocida experiencia. Mientras no exista una prueba práctica, se deberían considerar las primeras competiciones del nuevo árbitro nacional como parte de su proceso de formación. Por tanto, en ellas deberían estar acompañados por árbitros no sólo con una experiencia contrastada, sino además con cierta capacidad didáctica, de modo que hagan que estas primeras experiencias de los nuevos árbitros nacionales sean realmente provechosas para ellos.
Habrá que estudiar por tanto el papel del grupo encargado de impartir los reciclajes en esta nueva faceta de la formación del nuevo árbitro. Esta misma idea se podría aplicar en otros ámbitos del arbitraje. Por ejemplo, la primera vez que un árbitro actúa en un cierto puesto o en una categoría superior, sería deseable que se encontrara respaldado por otros árbitros con mayor experiencia que puedan guiar o indicar los aspectos más importantes a tener en cuenta.
- En cuanto al material de que se dispone para la preparación de las sesiones de reciclaje, se echa en falta más material audiovisual. Hemos comprobado en el último reciclaje en Madrid la importancia de la proyección de vídeos como parte del material de formación, que además de ser muy didácticos, hacen más amenas las presentaciones.
Madrid, 3 de Octubre de 2006
Carlos Gómez
Comité territorial de árbitros de natación de Madrid
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